domingo, 12 de junio de 2011

Día veinte: de resaca


No siempre ocurre, pero hay veces en que los acontecimientos del día se arrastran hasta el día siguiente, lo condicionan. Como si veinticuatro horas no fuesen suficientes para contener las emociones de un día.

Hoy he salido tarde del hotel y ¡oh, extravagancia! he andado por las calles de Misrata. Es raro porque en esta ciudad nadie camina por la calle jamás, o quizá lo hiciesen los inmigrantes en su momento, pero ahora no están y las aceras están siempre vacías.

Y lo mismo que caminar, el resto de mis actividades han estado guiadas por el impulso, por la inercia de todo lo que pasó ayer.

No sólo del frente vive el fotógrafo de guerra, para hoy tenía pendientes algunas de esas historias que contrastan con la violencia y complementan las fotos de acción: unos chavales que hacen hip-hop y hasta graban sus propios CDs, por ejemplo. Pero no estaban todos y lo hemos dejado para mañana. Siguiente idea: instalaciones de entrenamiento para los militares que salen luego al frente; pero no aparecen en el lugar de la cita. Por último la visita diaria al frente, después de la comida en el caso de hoy. Allí no está pasando nada más que el refuerzo de las posiciones rebeldes: abren contenedores para llenarlos de arena, levantan nuevos parapetos con excavadoras. Es una mala señal, indica que las posiciones se solidifican más y más, que la guerra durará.

Por la noche toca rueda de prensa. El representante militar de los rebeldes, Ibrahim Beit Al-Mall, también jefe de la policía, un tipo con una cara siniestra y durísima y una mirada de acero a quien me encantaría hacer un retrato, nos cuenta otra vez historias para no dormir: que los rebeldes tomaron Tawarga pero retrocedieron para proteger a las mujeres y a los niños; que Gadafi droga a sus tropas para que le sean leales (exactamente la misma acusación que el dictador ha dicho tantas veces de los rebeldes); que ayer mataron más de cien soldados enemigos… Con ruedas de prensa como ésta, quién necesita la realidad.

P.D. sobre los comentarios en el blog: a partir de hoy, he decidido cancelar la posibilidad de dejar comentarios en el blog, y he borrado los comentarios de días anteriores. En este blog explico mi experiencia como fotógrafo en la guerra de Libia, e inevitablemente lo personal se mezcla con la política. Pero no es un espacio para discutir sobre quién lleva razón en la guerra, ni para hacer apología de un dictador, y menos aún para hacerlo desde el anonimato. No me molesta, pero no es el sitio. Agradezco los comentarios positivos que hasta ahora he tenido, y animo a quien me quiera comunicar algo constructivo (positivo o no) a que lo haga a través del formulario de contacto de mi página web: http://www.eduardodefrancisco.com/es/Contacto.html